While My Guitar Gently Weeps

Hoy ha sido un día bastante completito: hemos comido en el centro, nos hemos tumbado en el césped de Christ Pieces y por fin me he comprado una guitarrita: pero bueno, como dijo Jack el Destripador, vamos por partes...

Tras tomar el desayuno de rigor, hemos cogido a Calypso y Salcano y nos hemos largado al centro de la ciudad, que es donde está lo interesante; esta vez hemos cambiado el itinerario para ir bordeando el río y disfrutar del sol mientras dábamos un paseíto bicicleteado y nos hemos hecho algunas fotos.

Una vez en el centro, nos hemos colado en el Trinity College, que nunca lo habíamos visto por dentro; como datos curiosos, cabe decir que es el college más rico del Reino Unido (700 millones de libras, ¡¡flipa!!), que el príncipe Carlos estudió allí y que fueron unos estudiantes del Trinity los que crearon las primeras reglas del fútbol allá por 1848. El college es bastante grandecito, y al pasar por las estancias hemos estado a punto de colarnos en el comedor, que parece una iglesia por la decoración que tiene. Al final no hemos entrado porque no nos gustaba el menú... Luego vimos la capilla, que es una pasada; aquí las capillas y las iglesias las tienen abiertas para los visitantes, sin vigilancia alguna, y es un placer estar allí solo totalmente en silencio rodeado por esas paredes con tanta historia. El altar, que no tiene ningún Jesucristo en la cruz, está dedicada a todos los alumnos del Trinity College que perecieron en la primera Guerra Mundial. Están escritos los nombres de todos aquellos muchachos; en esos momentos, te da por pensar en los millones de vidas que se pierden estúpidamente...
En fin, al salir de allí nos entró la gusilla y fuimos a comprar unas Jacket Potatoes al mercado (como las patatas rellenas del Boche, pero con un nombre más comercial) y nos las llevamos al parque Christ Pieces para disfrutar del ambiente, con toda la gente allí haciendo picnic aprovechando el buen tiempito. Hoy hasta hemos pasado calor y, cuando hemos terminado de comer, nos hemos tumbado en el césped para broncearnos un poco. Como podéis ver, ya somos unos inglesitos en toda regla, sólo nos falta comprarnos 40 platos precocinados y beber cerveza hasta caer muertos para adoptar la nacionalidad.
Todavía con la digestión a medio hacer (aquí no se espera por esas minucias), nos hemos encaminado hacia el Museo Arqueológico y Antropológico, que tenía yo muchas ganas de verlo porque todo el mundo hablaba muy bien de él. No sé si es porque me esperaba mucho o simplemente porque sí, pero me ha decepcionado un poquito; nada que ver con la riqueza del Fitzwilliam.

Luego nos hemos largado al mercado a comprar unos cubiertos que no fueran de plástico y me he encontrado con un puesto de discos en el que vendían instrumentos musicales; tras algunas dudas y regateos con el dueño, me he decidido por una guitarra española bastante apañá y el señor del chiringo me ha regalado una púa y, además, le he conseguido sacar una funda bastante mejor que la que me proponía él (algo es algo). La guitarra estaba desafinadísima, pero luego en casa la he conseguido afinar con mi afinador ultraprofesional y suena medio decente, así que ya tiene Pili otro dolor de cabeza...

Bueno muchachada, voy cortando el rollo, que estamos de domingo (tenemos que trabajar mañana y pasado), sed buenos y dad recuerdos a la familia.

Besos y abrazos