viernes, 30 de mayo de 2008

The Streets of London / So Long, Farewell

¡Hola gente! Llevo varios días sin aparecer por aquí, así que tengo muuuuchas cosas que contaros. A ver, ¿dónde me quedé...? Ah, sí, os decía que habíamos visto al Chikilicuatre y que había trabajado el domingo. Pues el lunes llegó el gran día del Primer Advenimiento Cuñadil: la visita a Londres.

No os creáis que madrugamos mucho... Cogimos el tren sobre las 11 y llegamos en menos de una hora a la estación de King's Cross de Londres. Pillamos el metro (o Undreground, o Tube, como gustéis) y nos dirigimos a Piccadilly Circus para shoppear un poco por Regent Street. De todas las tiendas, me quedo, como siempre, con la juguetería Hamleys, un paraíso de 5 plantas para los niños (y los no tan niños, eh) donde puedes encontrar de todo. ¡Me encanta! Ya cuento los días para volver a entrar...

No dejó de llover en toooodo el día londinense, para hacer honor a su fama, pero era esta lluvia típica inglesa casi imperceptible, aunque cuando te quieres dar cuenta estás empapado. Buscamos un sitio para comer, más concretamente un Burger King pero, para nuestra desgracia, y por increíble que parezca, ¡no encontramos ninguno! Eso sí, McDonalds había cientos, pero como que es un poco truño en comparación. Al final fuimos a parar a un centro comercial de Oxford Street y calmamos nuestra hambre de comida basura en un Kentucky Fried Chicken.

Por la tarde dudábamos entre ir al British Museum y la Tate Modern, pero de alguna forma acabamos en el Museo de la Guerra. La verdad es que no está mal, tiene un poco de todo: cosas curiosas, cosas impresionantes y cosas desagradables (lo más normal en una guerra). Hay aviones, tanques, galerías con vídeos, armas, uniformes nazis... (en fin, lo que se dice de todo). Os pongo una fotito para que veáis cómo es.


Al salir nos fuimos andando por Westminster hasta Trafalgar Square, pasando por Downing Street. Como era bank holiday (fiesta, en cristiano), estaba casi todo cerrado, así que encontramos de milagro un Prêt-à-Manger, donde nos pudimos tomar un chocolate calentito. Ya no había mucho que hacer, y además no paraba de llover, así que cogimos el caminito a la estación para volver a Cambridge.

El martes tuve que revisar muchas traducciones, así que Pili y los hermanos se fueron al centro de compras y yo me quedé ganando el pan. Eso sí, a las 3 me uní a ellos para comer en el Pizza Hut (qué nivel). Estuve un ratito con ellos y nos hicimos la foto delante del King's que os dije, esa que queremos hacernos con todos los que vengáis a vernos para ponerla en un mural.

El miércoles fue un día bastante triste; por la mañana acompañamos a los cuñaos a hacer las últimas compras. Les hicimos el bocadillito para el viaje y los llevamos hasta la parada del bus que iba al aeropuerto. Pili se puso muy triste al despedirse, y es que ella tiene un vínculo con su familia que no tiene nadie más que yo conozca. No se trata de quererse más o menos, sino lo mucho que se necesitan los unos a los otros. En fin, una tarde para olvidar que pasó la mi muchacha, con deciros que se tomó 2 maxibones... (sí, lo de los helados de las pelis para superar las depresiones es cierto, yo estoy tan sorprendido como vosotros).

Bueno, atrás quedan días de descubrir lugares y una convivencia bastante entretenida; no por las personas, que también, sino por lo grande que es el colchón que hemos comprado. Resulta que lo dejábamos de pie inflado en el pasillo y para cruzar teníamos que hacer un esfuerzo sobrehumano. Era como si al otro lado te esperara un mundo paralelo de color y luces... Algo parecido a lo que sintió Chris, el de Padre de Familia, cuando se metió en el vídeo de Take on Me en el supermercado.

Pues nada chavales, esto es el resumen del Advenimiento, si queréis ser los protagonistas del próximo, no dudéis en pasaros por aquí.

PD: Han sido unos días de chupilerendi, cuñaos. ¡Gracias por traernos la comida española!

PD1: ¡Sa locka!

Besos y abrazos

1 comentario:

Anónimo dijo...

Cuñao, que aunque no te escriba nunca te leo eh? jajajaaj. Acabo de llegar de contar la historia del supuesto atropello de pili, todo ha salido a pedir de boca, jajajaja. Arsa, mira las niñas como lo carsan. Un abrazo!